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         Nuevamente repican las campanas de la conciencia nacional, como hace 204 años, para despertar la gallardía de los venezolanos, quienes unidos, en una sola hermandad, respondieron al clamor de la Libertad, Igualdad y Fraternidad que enarbolaron en Venezuela Francisco de Miranda y Simón Bolívar, insignes masones de la independencia de América.

 

          Gracias a la masonería que hizo posible la Revolución Francesa, América conoció la democracia como una visión nacional republicana, de participación popular, muy distinta al modelo dictatorial y absolutista que impusieron por tres siglos las cortes europeas a través de la monarquía. Fue la masonería, quien engendró en su seno a los forjadores de la libertad americana: George Washington, Benjamín Franklin, José Martí, Francisco de Miranda, Andrés Bello López, José de San Martín, Frai Servando Teresa de Mier, Joaquín Olmedo, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta, Francisco de Paula Santander, Alexander Petión, Faustino Sánchez Carrión, Bernardo O´Higgins, José Félix Ribas, entre muchos otros próceres de la independencia, todos ellos masones; y como consecuencia de su formación ideológica, en la búsqueda de la felicidad individual y la justicia social, fueron las mentes que planearon y condujeron las revoluciones de independencia de las colonias de toda América.

 

            Han trascurrido 204 años, y nuevamente el eco de las campanas llaman a la conciencia nacional, y al clamor de la patria, para consolidar una independencia económica que amenaza con llevar a Venezuela a una nueva crisis social como la que engendró el gobierno de Carlos Andrés Pérez el 27 de febrero, el 4 de abril y el 27 de noviembre, cuyas consecuencia de aquel tsunami de injusticia y corrupción aún arrasan con las instituciones venezolanas.

 

       No hay ninguna razón económica para que el “Bolívar”, como signo monetario, haya sido degradado a su nivel más bajo en toda su historia, no obstante las inmensas riquezas que posee el país, lo cual sólo se explica por la incompetencia de los funcionarios encargados de conducir las políticas económicas y financieras, lo cual nos ha degradado al último eslabón de crecimiento económico en América, inclusive por debajo de Haití, que, como se sabe, es un país que ha sido azotado por la furia de la naturaleza, lo que ha reducido sus recursos naturales a la mínima expresión.

 

          Es inaceptable que Cuba, una nación que es subsidiada por el petróleo venezolano, tenga una moneda tan fuerte, que se cotiza por encima del dólar, a 1,28 dólar por peso, mientras nuestro “Bolívar” ha sido devaluado a más de 180 por dólar.

 

        La crisis de abastecimiento no sólo abarca los bienes suntuarios, sino también los medicamentos y productos de primera necesidad, lo cual ha generado una crisis especulativa y de contrabando de extracción, motivado a la caída del “Bolívar” en el mercado cambiario, lo cual estimula el contrabando, el acaparamiento y la especulación. Todo ello como consecuencia de unas instituciones que no están a la altura de la crisis nacional que se agrava cada día, sin que exista una expectativa de cambio.

 

              La patria se nos está yendo de las manos..!

 

   Ya  llegó el tiempo de actuar en el marco de la Constitución y la Leyes, para llevar al país la paz y los principios morales que poco a poco han sido secuestrados por una casta política que responde más a sus intereses personales y partidistas que al clamor de la patria, colocando a la ciudadanía en la desesperanza y la incredulidad.

 

   La masonería viene a llenar ese vacío como un Grupo de Electores para representar ese 48 % de ciudadanos desesperados e inconformes, que no se identifican con el oficialismo ni con la oposición oportunista que quiere pescar en río revuelto y sin profundizar en los aspectos que atentan contra el Ideal Nacional que forjaron nuestro Libertadores.

 

   Los masones no somos un partido político ni una organización religiosa; por consiguiente en nuestras logias caben todas las tendencias políticas y todas las corrientes teológicas, sin distinción de clero, raza, idioma y color de piel. Somos una conciencia universal y una filosofía de vida que surgió en las riberas del río Nilo, hace más de cuatro mil años, para honrar al Gran Arquitecto del Universo con toda su grandeza y sabiduría que hizo posible la vida en el Cosmos, para lo cual el masón trabaja en su yo interior para enterrar los vicios y hacer de las virtudes un templo y ejemplo de vida para su familia y su comunidad.

 

    Un masón ocupa gran parte de sus quehaceres en estudiar y trabajar por el prójimo para honrar los preceptos de la masonería de Libertad, Igualdad y Fraternidad, lo cual significa: vocación de servicio, conocimiento y dedicación.

 

   Y con esta vasta experiencia, los masones vamos a la Asamblea Nacional para impulsar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que le devuelva al país la institucionalidad que ha sido conculcada con la reelección indefinida, el nepotismo grosero y descarado, pero sobre todo por la injusticia y la corrupción que, como hace 204 años, hizo sonar las campanas por la libertad, que hoy repican en cada hogar venezolano.

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